16.5.05

Entierro

El domingo por la mañana estuve en un tanatorio.
Mal rollo.
El padre de un amigo ha muerto.
Mal rollo.
Fui porque, en esos momentos de mierda, se agradece ver caras conocidas. El responso/misa acabó, y todos se dirigieron al cementerio, que se encontraba allí mismo, con lo que, todos en procesión se dirigían a dar sepultura (o incinerar, no estoy seguro) al padre de mi amigo. Yo me fui antes, no pintaba demasiado (pense) en esa última parte.
Pero tuve tiempo de ver como se organizaba la procesión. Primero el finado, en un coche, después la familia cercana; esposa e hijos, y después, de más a menos, familia, amigos y conocidos.
Todos en silencio, muy respetuoso. Y eso, que fue lo último que vi, porque como digo yo me fui, me hizo pensar. El silencio me hizo pensar. Y recordar cómo son los entierros en otras ciudades, y que papel juega la música.

En New Orleans los entierros son muy curiosos. Y eso tiene que ver con el sentido que tiene la vida y la muerte allí.
En New Orleans, cuando muere un músico (o alguien muy cercano a la música, sin ser instrumentista), se le organiza un entierro que se convierte en una fiesta en la ciudad.
Los músicos más cercanos al finado se organizan en una banda montada para el evento, aunque también se puede tratar de una formación amiga, a la que se unen otra gente (sí, en plan jam). Todo el mundo (músicos, familia y amigos) salen de la casa del fallecido/a. Primero va el feretro, normalmente en un coche de caballos súper 20s (muy rococó, muy recargado), después la banda, despés la familia, y formando lo que se conoce con la Second Line, el resto de la gente (seguidores del músico, turistas, o gente que pasaba por allí).
El itinerario suele empezar en la casa, y se para en diferentes iglesias de la ciudad en las que se ofician diferentes responsos. La banda va tocando canciones de rag y blues muy lentas y muy tristes. Así hasta llegar al cementerio en el que se da supultura al finado/a. Una vez concluida esta parte, toda la comitiva vuelve a la ciudad, y ahora los temas son alegres, bailables, es la despedida de la carne corrupta, que por fin ha dejado este mundo. Es la felicidad de saber que hay que disfrutar cada momento, de cada situación, de llevar la fiesta hasta sus extremos, es New Orleans. Ese es el sentido de toda esta procesión. Por último finaliza en aquella sala, en aquel club en el que el musico/a solía tocar mucho, lugar al que estaba muy unido. Curioso ¿verdad?.

Para que veáis gráficamente todo esto en un entierro relativamente moderno (digo moderno, porque esto se sigue haciendo igual que hace años), a continuación os pongo fotos del entierro de Earl King (bluesman muy unido a los ritmillos funkies tipo Eddie Boo). La fecha es el 17 de abril del 2003.


La gente espera a que el feretro salga de uno de los oficios.


El feretro ya en el coche funebre. La gente se empieza a organizar.


La banda empieza a tocar.


La Second Line saca paraguas negros como muestra de luto.


Los Mardi Gras Indians quieren mostrar respeto y decir adios a Earl King.


Detalle de la Second Line. Descanse en paz, y gracias.

Si alguien quiere investigar más, saber más acerca de como son estos funerales, mi recomendación es este disco:


Last Journey Of A Jazzman: Funeral of Lester Santiago 1965 - Paul Barbarin and the Onward Brass Band.
Lo pongo enlazado a la tienda, porque es dificilísimo de conseguir este disco.

Esta es una grabación de 1965, en la calle. Fue grabado por un señor blanco ya fallecido, que tuvo el honor, sin ser músico, de tener su propio funeral de este tipo. Este amigo de la música llegó en los 50 a New Orleans y flipó tanto con la música, que monto un Club llamado Dixieland Hall. En este sitio ayudó a músicos, les programaba conciertos, les pagaba, en fin apoyaba desde aquí a la música todo lo que podía.
Entre los músicos habituales del Club estaba Lester Santiago.

Esta grabación está hecha por este tio apellidado Clark en persona. Él va grabanado el sonido ambiente, comentando y explicando el significado de cada una de las partes en las que se encuentra la comitiva. Es muy curioso, y la música por supuesto no tiene desperdicio; jazz tradicional, con un repertorio homenajeando al fallecido Lester Santiago.
La grabación es de una calidad muy buena. Ahora su hija, Pam Clark, recopila grabaciones hechas por su padre y las está editando.
Ya hablaremos.

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