7.11.06

The Minit Story

New Orleans de nuevo.

Cuando se habla de R&B hay una época considerada de oro en la ciudad. Esta época engloba un par de años de la década de los 50, todos los 60, y algunos de los 70.

Años en los que Aaron Neville empezó a grabar. Los años en los que que Allen Toussaint grabó y produjo a los grandes de la época: Lee Dorsey, los Neville, tanto Aaron como Art, los primeros, los segundos y los terceros Meters, ... La épooca de Ernie K-Doe, de Chris Kenner, de Irma Thomas, de Wardell Quezergue...

Con el Rhythm & Blues en la ciudad pasa una cosa singular. Aunque no mucho más que con el jazz u otras líneas maestras de la música.

Un instrumentista, cuando empiezan a tocar con 10-15 años, empiezan tocando en Brass Bands.
Una Brass Band, antes y ahora, funciona de la siguiente forma: tocan todo lo que pueden y son contratados para todo tipo de eventos: bodas, funerales, cumpleaños de chavales (sí, no les llevan al puto chiki park. Contratan a una Brass), fiestas de colegas, conciertos, pasacalles, etc. Una vez ha pasado tiempo en esas bandas, bien estudia (música), o bien sigue tocando en Brass y en otras formaciones de todo tipo, funk, blues, jazz, jazz tradicional, ... Por supuesto estamos hablando todos los instrumentos excepto el piano, la guitarra, o la voz (consideremoslo como un instrumento).

Estos tres últimos (guitarras, pianos y vocalistas) no tocan en Brass (bueno algún guitarrista hay, pero muy raro), tocan en iglesias. Acompañan a grupos de Gospel. Y de ahí definitivamente al rhythm and blues, al blues, al soul, y claramente al funk que es la cama de New Orleans, donde todo acaba para volver a empezar.

En cuanto a los instrumentos de viento, esto sigue funcionando de la misma forma. De hecho hoy, si ves a los Soul Rebels, o la Rebirth Brass Band en directo por la noche, en un late show, digamos a las 02:00, es muy probable que este sea su cuarto o quinto show. Ya que por la mañana tocaron en un funeral, a la hora de comer en una boda, por la tarde en una fiesta de cumpleaños, y por la noche en un early show, justo antes de irse corriendo a tocar en el Maple Leaf o en Tipitina´s para el late show en el que estamos nosotros esperando a que empiece. Que por cierto acaba 3 horas después.
Así que luego aquí, en Madrid, cuando una banda toca una hora y tres cuartos, y te dicen: "...joder que cansado estoy...", me dan ganas de ponerme a cuatro patas y levantar un cuarto trasero, pero como soy muy majete, no lo hago. Simplemente me descojono para mis adentros.

Y es que ya lo dijo Gary Moore, el rock n' roll (lease jazz, si hablara un local de New Orleans, o M-U-S-I-C-A, si lo dijera yo) tiene que ser peligroso o no es rock n' roll, refiriendose a bandas de japoneses que se disfrazaban de los Poison o los Motley Crue.

Instant & The Minit Story es una caja de tres discos muy cuca, que recoge lo que fue la edad de oro de todos aquellos cantantes, e instrumentistas que desde el gospel y la militancia en Brass Bands, se fueron hacia el soul, música de los 60 que dirán algunos. Old School Soul & Funk que dirían los más entendidos.
La recopilación recoge lo mejorcito del sello Charly entre el 58 y el 70. Si veis discos de este sello, rascaros el bolsillo joder, y dejar a la mula descansar.



Mucha de la gente que aparece ya no está. Mucha de la gente que aparece tiene en esos temas sus 15 minutos de fama, porque no volvieron a hacer nada. Mucha de la gente que aparece evolucionó hacia el jazz, volvieron al gospel, o se quedaron en el soul. Y a toda la gente que hoy toca funk, soul o jazz en New Orleans sitió en el momento en que los escuchaban que alguien había plantado una semilla.

Ya hablaremos.

Vótame


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