Cosas (buenas) que pasan.
De vez en cuando pasa que alguna compañía de discos, o algún programa de TV, o alguna revista, o una alineación de algo incomprensible, hacen que un músico de Jazz se popularice. Se haga famoso por alguna razón. Eso trae consecuencias.
En primer lugar los ortodoxos ponen el grito en el cielo y dicen que ese músico o banda son comerciales, y por tanto no son merecedores de sus oídos.
Y en segundo lugar, mucha gente que no se acercaba a ese estilo elitista, se compra el disco y descubre un universo nuevo. Una música preciosa, que le transmite sensaciones, que le hace vibrar, y que a partir de ese momento se convierte en música para escuchar a todas horas.
¿Qué ocurre después? Pues que la industria, las revistas, la TV, etc., no continúan lo que se empezó de forma accidental. Quizá se para porque comenzó de forma accidental. Es decir, no aprovechan ese filón accidental para continuar con la educación, con la evangelización. Y mi pregunta es: ¿porqué se gastan millones de euros en la promoción de artistas nuevos que no hacen nada nuevo, que no son buenos, ...? Digo yo, si aprovecharan ese filón podrían utilizarlo para la promoción de discos en reserva, de catálogo. ¿Que se consigue? Desde mi punto de vista dos cosas:
1.- Abarato los costes y consigo lanzar discos tremendamente baratos, de repente las cuentas salen, vendo discos, compito con la piratería.
2.- Mejoro el gusto musical del público, amplío sus miras, y por tanto se provoca la creación de nuevas bandas, de nuevos músicos. Esta vez sí de calidad. Y los músicos existente se ponen las pilas.
Pongamos un ejemplo concreto con el disco que me gustaría recomendar hoy.
Diana Krall. All For You (A dedication to The Nat King Cole Trio).
Este disco no puede tener otro adjetivo que precioso. Diana Krall es atractiva, canta muy bien y toca el piano de una forma fabulosa. Y eso hace que sea todavía más atractiva. Esta artista se ha hecho famosa. Relativamente famosa. Podemos decir que los telediarios de turno le han dado la parcela de tiempo que se merece.
El disco es fabuloso. Hace un recorrido por temas de Jazz puro, temas románticos, temas más moviditos. En todas las canciones hay algo que descubrir. Un solo de guitarra que hace pensar al chaval que está empezando a tocar los solos de Angus Young que hay otra forma de tocar que también mola. Un solo de piano que es directamente alucinante. Una forma de cantar que hace ver al seguidor de Luis Miguel que hay registros nuevos, preciosos y que están ahí.
Si se hubiera continuado por este filón, podríamos haber descubierto a todos ellos que una vez hubo guitarrista llamado Kenny Burrell, que una vez hubo un pianista llamado Oscar Peterson, que una vez hubo una cantante llamada Ella Fitzgerald, que Louis Armstrong no sólo compuso What a Wonderful World, y que tienen discos maravillosos. Algunos fáciles, otros no tanto, pero al fin y al cabo se podría intentar la comercialización, la evangelización, la culturización de una parte pequeña (o no tanto, ya lo veríamos) de la sociedad.
Y casos los hay en todas partes. Todavía me acuerdo del mosqueo de Steve Tyler cuado los chavales de 17 años decían que Mama Kim era de Guns N' Roses. Pues no, resulta que Aerosmith lleva aquí desde los 70, y como ellos mismo dicen si llevaran desde los 60, habrían existido dos Fleetwood Mac, el de Peter Green y el suyo. En fin. Son cosas que pasan. Algunas son buenas, y otras, a algunos, nos gustaría que fueran todavía mejores. En cualquier caso, gracias Diana Krall por hacerte famosa y por popularizar estos temas de Jazz Clásico, que a algunos nos sirven para investigar y descubrir cosas nuevas.
Ya hablaremos.
En primer lugar los ortodoxos ponen el grito en el cielo y dicen que ese músico o banda son comerciales, y por tanto no son merecedores de sus oídos.
Y en segundo lugar, mucha gente que no se acercaba a ese estilo elitista, se compra el disco y descubre un universo nuevo. Una música preciosa, que le transmite sensaciones, que le hace vibrar, y que a partir de ese momento se convierte en música para escuchar a todas horas.
¿Qué ocurre después? Pues que la industria, las revistas, la TV, etc., no continúan lo que se empezó de forma accidental. Quizá se para porque comenzó de forma accidental. Es decir, no aprovechan ese filón accidental para continuar con la educación, con la evangelización. Y mi pregunta es: ¿porqué se gastan millones de euros en la promoción de artistas nuevos que no hacen nada nuevo, que no son buenos, ...? Digo yo, si aprovecharan ese filón podrían utilizarlo para la promoción de discos en reserva, de catálogo. ¿Que se consigue? Desde mi punto de vista dos cosas:
1.- Abarato los costes y consigo lanzar discos tremendamente baratos, de repente las cuentas salen, vendo discos, compito con la piratería.
2.- Mejoro el gusto musical del público, amplío sus miras, y por tanto se provoca la creación de nuevas bandas, de nuevos músicos. Esta vez sí de calidad. Y los músicos existente se ponen las pilas.
Pongamos un ejemplo concreto con el disco que me gustaría recomendar hoy.
Diana Krall. All For You (A dedication to The Nat King Cole Trio).
Este disco no puede tener otro adjetivo que precioso. Diana Krall es atractiva, canta muy bien y toca el piano de una forma fabulosa. Y eso hace que sea todavía más atractiva. Esta artista se ha hecho famosa. Relativamente famosa. Podemos decir que los telediarios de turno le han dado la parcela de tiempo que se merece.
El disco es fabuloso. Hace un recorrido por temas de Jazz puro, temas románticos, temas más moviditos. En todas las canciones hay algo que descubrir. Un solo de guitarra que hace pensar al chaval que está empezando a tocar los solos de Angus Young que hay otra forma de tocar que también mola. Un solo de piano que es directamente alucinante. Una forma de cantar que hace ver al seguidor de Luis Miguel que hay registros nuevos, preciosos y que están ahí.
Si se hubiera continuado por este filón, podríamos haber descubierto a todos ellos que una vez hubo guitarrista llamado Kenny Burrell, que una vez hubo un pianista llamado Oscar Peterson, que una vez hubo una cantante llamada Ella Fitzgerald, que Louis Armstrong no sólo compuso What a Wonderful World, y que tienen discos maravillosos. Algunos fáciles, otros no tanto, pero al fin y al cabo se podría intentar la comercialización, la evangelización, la culturización de una parte pequeña (o no tanto, ya lo veríamos) de la sociedad.
Y casos los hay en todas partes. Todavía me acuerdo del mosqueo de Steve Tyler cuado los chavales de 17 años decían que Mama Kim era de Guns N' Roses. Pues no, resulta que Aerosmith lleva aquí desde los 70, y como ellos mismo dicen si llevaran desde los 60, habrían existido dos Fleetwood Mac, el de Peter Green y el suyo. En fin. Son cosas que pasan. Algunas son buenas, y otras, a algunos, nos gustaría que fueran todavía mejores. En cualquier caso, gracias Diana Krall por hacerte famosa y por popularizar estos temas de Jazz Clásico, que a algunos nos sirven para investigar y descubrir cosas nuevas.
Ya hablaremos.
5 Comments:
Me parece mucho pedir que la industria discográfica se fije más en este tipo de artistas y estilos. Pueden ser exitosos circunstancialmente y vender bien; pueden abrir brecha en nichos insólitos por múltiples razones, como una acertada campaña de marketing o porque simplemente son excepcionales, pero... no nos engañemos, la masa pide basura, basura es lo que se vende y basura es, casi mayoritariamente, lo que hay.
Puede que Diana Krall o Brad Mehldau hayan tenido un éxito importante y hasta sorprendente en ciertos rangos de edad, nivel de vida, parámetros socio-culturales... a pesar de que no se hubiera sabido nada de ellos antes de esa promoción, pero al final lo que más vende es siempre la charanga fácil, los ritmos bazofia sampleados hasta el hastío y los estribillos que enganchan sin dificultad.
La aborregada masa social no suele entender de música, ni tiene mayor interés por ello. Sólo quiere productos de consumo fácil e inmediato. La cultura del ocio pasivo sólo ha potenciado este aspecto.
Las discográficas hacen esfuerzos en ocasiones, pero casi siempre cuando saben que esa apertura de miras puede ser rentable económicamente, no por evangelización, ni mucho menos.
Totalmente de acuerdo, pero sólo con algunas de tus conclusiones. La gente no demanda algo. El mercado le vende algo. Y es el mercado el que decide qué vender. De acuerdo en que es muy dificil, y a corto, muy poco rentable, la labor evangelizadora. Pero es que no se intenta.
Todavía me acuerdo del "Popgrama", de "Que noche la de aquel año", etc. Programas de divulgación musical, sin el ánimo divulgatorio, sino de entretenimiento.
En fin que me gusta soñar.
Je, je... Lo comprendo. Lo mismo me pasa a mí, pero he llegado a la conclusión de que mi idealismo en un ambiente tan hostil (esto es, humano) se convierte en algo practicamente quimérico.
De todos modos, seguiremos soñando.
Zemanski
Totalmente de acuerdo, pero el elemento de interés que tiene toda profundización en aquello que estás escuchando o leyendo supone la propia implicación personal. Y en éso nadie puede reemplazar al "uno mismo" de cada uno de los uno que decide seguir adelante disco o libro adentro. Allí solo debemos encontranos los elegidos, los viajeros realmente interesados, los aventureros de las emociones. Y dicho ésto, he de decir que, particularmente, no quiero encontrarme con turistas en el fondo de un disco de Chat Baker o de Johnny Cash.
pues yo la verdad no se que se le puede pedir a la industria de la musica y que no, lo que si se esque estoy de acuerdo contigo en lo que seria mejor, o lo que deveria de ser, pero tmabien estoy consciente de que es lo que es.
ahora, fuera de todo debate, me gusto mucho tu percepcion del jazz, y me da gusto, gusto de que alla ahi afuera alguien que lo sabe apreciar por lo que es.
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